Pero ni de que el apóstol predicara, ni de que le enterraran en Galicia no existía tradición española, ni existía ningún culto local en Iria Flavia a Santiago.
La primera vez que mencionan a Santiago después de su muerte escrita en los Hechos de los apóstoles es en el Breviario de los Apóstoles (Breviarum Apostolorum).
Es un escrito en latín que se redactó en Galia hacia finales del siglo VI o principios del VII resulta. O sea seis siglos después.
Y resulta ser la fuente escrita más antigua en la que se menciona a la predicación de Santiago el Mayor en las tierras de Hispania y su entierro en un sitio desconocido llamado Aca Marmarica.
El Breviarium llegó a la Península Ibérica pronto: ya lo conocían en el siglo VII autores como San Isidoro de Sevilla.
Luego, a finales del VIII, el Beato de Liébana en las montañas de Cantabria, se redactó sus famosísimos Comentarios al Apocalipsis, libro obviamente muy difícil de leer, por eso después se le pondrán a estos comentarios ilustraciones (llamada “miniatura”), para que se entiendan mejor. El Beato en su libro, además de afirmar que Santiago predicó en España, dibuja un mapamundi, localizando la dispersión de los Apóstoles, y Santiago aparece colocado en una zona a la que llaman Aca Marmárica, que coincide con la actual Galicia.
Con esos conocimientos podemos comprender que porque Teodomiro, obispo de Iria Flavia estaba tan seguro que lo que descubrió era la tumba del mismo Santiago el Mayor.