Sobre bordones y bastones

Ya desde la Edad Media el peregrino se ayudaba y se apoyaba con el uso del bordón. Supone un tercer punto de apoyo y por tanto mejora el equilibrio en las bajadas, subidas, y en los vados de riachuelos; además, descarga algo el trabajo de los músculos y articulaciones de las piernas. También sirve para marcar el ritmo del paso, cuestión nada menor en un camino de más de 700 kilómetros. Hay algunas etapas con bajadas muy empinadas, llenas de piedras, grava, barro…donde es muy recomendable su uso.

Ventajas:

  • Te ayudará a llevar la espalda recta y evitar la fatiga.
  • Te permiten sujetarte mejor cuando desciendas por cuestas y bajadas. Ayuda a mantener el equilibrio y que puedas dar pasos más firmes, de esta manera prevenir las posibles caídas en los terrenos menos estables.  Es muy normal tropezarte durante la ruta y es uno de los principales beneficios de los bastones para el camino, el de mantenerte bien sujeto al suelo cuando se descienden por zonas de piedras, graba… aunque realmente, son útiles incluso por asfalto. Ni que decir tiene que ayudan también para subidas con una pendiente pronunciada
  • Como curiosidad siempre es mejor usar bastones desde el punto de vista físico y del ejercicio, se dice que descargan de un 20 a un 30% las piernas, al final repartes mejor el esfuerzo sobre todo tu cuerpo (no solo en las piernas o tren inferior) y harás un ejercicio más equilibrado similar al de una bicicleta elíptica, en definitiva, es más completo para tonificar brazos y espalda.
  • Defensa contra ataques de animales inesperados, nunca sabes si un perro suelto te puede atacar o alguna serpiente, ya ha habido casos sobre ataques de animales que han quedado en un susto gracias a los bastones o bordones.

Posibles Desventajas:

  • A veces en tramos planos necesitaras descansar los brazos y no te serán muy útiles, tendrás que plegarlos y guardar en el exterior de la mochila, nosotros no vemos mucho inconveniente en esto porque hoy en día son muy ligeros y cuando están plegados ocupan poco, la mayoría tienen un sistema de pliegue telescópico.
  • Cuando llegas a los albergues lo mismo, tienes que plegarlos o dejar en sitios provistos para ellos y acordarte de cogerlos al día siguiente.
  • Si viajas en avión antes o después de tu peregrinación tienes que facturarlo de mochila aparte y no se puede subir al bordo.
  • Si se usan de forma intensiva pueden provocar algunas rozaduras en las manos. verdaderamente incómodo. Lo mejor, es que lo compres y lo uses solo cuando lo consideres necesario, para que no te cause molestia.

Si estás dudando sobre qué tipo de bastón es el mejor, en primer lugar, tendrás que conocer la diferencia entre el bordón y el bastón.

El bordón:

El bordón típico del Camino de Santiago suele ser de una pieza única, fabricados de madera de avellano o de castaño con su punta rematada en hierro. Es más alto que el peregrino en 20 o 40 centímetros, y se sujeta a mayor altura que el bastón de senderismo. Se lo puede hacer uno mismo, quien tenga la paciencia y la gracia para encontrar y tallar el tronco adecuado, o lo puede comprar muy fácilmente en el Camino Francés, donde lo venden en multitud de sitios. 

El bastón:

Los bastones, cada vez más utilizados en el Camino de Santiago, tienen la ventaja de que son extensibles, de manera que los puedes adaptar a tu altura y, por otra parte, los puedes plegar y guardar más cómodamente enganchado a tu mochila. También es mucho más cómodo su transporte en tren o avión, pues plegado cabe en la mochila. Hay peregrinos que van mucho más rápido y a mejor ritmo con dos bastones, de hecho, es lo más efectivo y equilibrado para el cuerpo.

Podrás encontrarlos en tiendas especializadas en el Camino de Santiago o en deportes de montaña, senderismo o trekking. Deben extenderse a la altura tal que el codo forme un ángulo de 90 grados. Hay que pasar la mano bajo la correa y volear la mano para que la correa quede bien sujeta, sin pliegues y ajustada a la piel (así también apoyamos el peso sobre la muñeca y no solo sobre la mano). Están hechos de acero inoxidable, aluminio o fibra de carbono. Estos últimos son algo más ligeros, pero mucho más caros; en principio, los 30 o 40 gramos de ahorro no compensan la diferencia de precio. Las empuñaduras pueden ser de plástico, de gomaespuma (más blandos) o de corcho (mejora la transpiración), a gusto del usuario. Las puntas suelen ser de carburo de tungsteno, material muy resistente, y es aconsejable colocarles una contera (obligatorio en muchas rutas organizadas de montaña), pieza de caucho o goma blanda; evita la erosión del terreno (y dañar el suelo de los albergues), amortigua el golpe en terrenos duros y, lo más importante, elimina el riesgo de clavarle la punta a alguien accidentalmente. En algunos modelos sólo se venden los dos bastones juntos, no uno suelto. Pueden extenderse en dos o tres segmentos, y recomendamos que sea en tres. En los de baja calidad suele estropearse fácilmente el mecanismo de extensión y bloqueo; como ocurre con tantos otros productos sale más barato gastarse unos pocos euros más en uno mejor.

Hay personas a las que les molesta por el hecho de tener que “cargar con él en la mano”. Pero es un apoyo extra que te facilitará las etapas, sobre todo las etapas de cuestas y bajadas. Como te decimos, no todas las personas lo usan. Muchas lo ven imprescindible y otras verdaderamente incómodo. Lo mejor, es que lo compres y lo uses solo cuando lo consideres necesario, para que no te cause molestia.

Buen Camino!