La ocurrencia de Elías Valiña, el conocido sacerdote de O Cebreiro

El párroco Elías Valiña, a la derecha, en los años setenta

El símbolo de la flecha amarilla nació casi por casualidad y de un sentimiento de solidaridad, practicidad y economía.

El artífice e inventor de las conocidas flechas fue Elías Valiña, el famoso sacerdote de O Cebreiro, que un día encontró un cubo de pintura amarilla abandonada por los trabajadores a cargo de las señales de tráfico y tuvo la idea de señalar el recorrido del Camino de Santiago con una flecha amarilla de una dimensión que fuera visible para ayudar a los peregrinos a no perderse en su ruta.

Gracias a esta ocurrencia, los distintos caminos a Santiago fueron señalados, por imitación, con flechas amarillas y, gracias al meticuloso y silencioso trabajo de peregrinos y voluntarios, con el tiempo, la flecha amarilla se convirtió en uno de los símbolos más característicos de la Ruta Jacobea, obteniendo el reconocimiento de parte de las instituciones. Además, esta idea provocó que el párroco Elías Valiña se convirtiera en una de las figuras más importantes en el resurgir de las peregrinaciones modernas hacia Compostela.

Articulo original en el Correo Gallego

Buen Camino!