Sobre la mochila

Hoy en día muchos peregrinos contratan un servicio para transportar la mochila, hasta hay algunos que traen maleta directamente. 
Eso puede tener muchas ventejas pero te quita mobilidad ya que tienes que llegar sí o sí al albergue adonde has mandado tu mochila. 
Si decides llevar tu mochila a cuestas

He aquí unos consejos:

  • Cada gramo importa!!!! Intenta llevar lo menos posible pero estas pocas cosas sean bien elegidas.

El peso final  no debe superar el 10%  de nuestro peso corporal. Y en ningún caso debe exceder los 10 kilos, incluyendo el peso del agua.

-Lo mejor es NO comprar una mochila muy grande. Con uno de 30-40 litros basta. Cuando más grande tienes la mochila mas grande es la tentación de llenarla. 🙂

Además, a lo largo de Camino vas a encontrar todo tipo de establecimientos donde puedes comprar todo aquello que te sea necesario.

La disposición del material en la mochila.

  • Las cosas que más pesan a bajo y cerca de la espalda.
    Por ejemplo el saco de dormir a bajo, las cosas de aseo, que tienen bastante peso, en un neceser al lado de la  espalda y todo lo demás en bolsas repartidas. Ten en cuenta que por ejemplo  el saco de dormir tienes que usar todas las noches. Si lo pones al fondo tienes que sacar todo y meter otra vez todo cada noche. Si tu mochila es de  dos segmentos ya lo tienes solucionado.
  • Ten en cuenta también que el peso debes repartir equilibradamente.  Por ejemplo es bueno tener una botella de agua a mano siempre, para eso son muy útiles los bolsillos del lado de la mochila. Pero si colocas una botella grande en un lado y en el otro nada, te va a tirar hacia un lado la mochila y eso no es solo incomodo sino pude  llegar a ser perjudicial para la columna o para la rodilla de la pierna el que lleva más peso.
  • Es bueno meter en bolsas tus cosas, para separarlas y manejarlas con mas facilidad, por ejemplo para la ropa o para la toalla  etc.  Pero las bolsas de plástico son odiosas!!!! Despertar por la mañana por el ruido que hacen las bolsas de plástico mientras tu compañero madrugador prepara su mochila no es nada amena. 

Y por último:

  • Que la mochila tenga una buena sujeción.
    Adaptables con cinta en los hombros, en la cintura y en el pecho.

Este es un factor importante para evitar tanto la acumulación del cansancio como la excesiva carga en la espalda y los hombros!
Para una correcta sujeción,:

  • Primero aflojamos al máximo las cintas que se cuelgan a los hombros.
  • Después desplazamos la cinta de la cintura a la altura del hueso de la cadera, teniendo en cuenta que una vez bien apretada nos sea posible tocar con los dedos el hueso por encima de la cinta.
  • Apretamos fuerte esta cinta de la cadera 
  • Y ajustamos las cintas de los hombros sin tensarlas, de tal forma que podamos poner sin dificultad los dedos entre estas cintas y el cuerpo. De esta forma conseguimos que la mayor parte del peso de la mochila se cargue directamente sobre las piernas, liberando considerablemente la espalda y los hombros.

Con eso evitamos dolores de espalda y de nuca y las rozaduras.

Mis consejos son para ayudar a la gente quien lo cree necesario. Luego ya cada uno es libre de aprender de sus propios errores. Si quieres cargar tu espalda llevando 20 kilos es tu decisión, como si quieres llevar el carrito de la compra en lugar de una mochila.  

O un zurrón y una bota de vino (llena si es posible).

Como aquel peregrino extremeño de quien siempre me acordaré, un día, quejando del peso de la mochila y de tener hambre de repente exclamó:

   -“¡La próxima vez que haga el Camino no voy a traer ni mochila ni na´!   
 Sino un buen jamón, de pata negra y un cuchillo para poder cortarlo.”

 Yo le repliqué: -“Pero compañero, el jamón tiene sus kilos, también pesa.”

 Él me contestó: -“También pesa la mochila y no se come.”

¿Quién se atreve a discutirlo?

Buen Camino!